Vivir en un bucle implica no escapar de una misma experiencia. El eslogan, la consigna, la frase repetida de forma impuesta e insaciable, constituyen una de las fórmulas que nos impiden salir de bucles vitales, aún más en sociedades politizadas, basadas en proyectos colectivos y heroicos, como la cubana. Partiendo de esta idea, Bucles jerarquiza frases como "en este camino existe solamente una vía, la de ser una puta" o "incluso a veces le digo a los compañero: hoy siento sabor a pólvora y a tierra en la garganta", que al ser sacadas de un parlamento testimonial más amplio y al ser recontextualizadas en la repetición, articulan eslogans sublevados: ese que nace de la cotidianidad y que no sólo hace resistencia al lastre creado por el eslogan político, sino que permite a quien lo dice, sobrevivir a dicho lastre.